En la entrada de hoy del blog os proponemos un artículo de esos cortos pero muy valiosos. Todo magro, sin pizca de grasa. Vamos a identificar los cinco puntos principales en los que tenemos que fijar nuestra atención de cara a evaluar el estado de salud general de nuestro instrumento. Es un proceso que llevamos a cabo de manera sistemática, casi protocolaria, en nuestro taller cada vez que recibimos una guitarra o bajo. Pero no sólo os resultará útil de cara a una reparación o puesta a punto; también os servirá por ejemplo para evaluar la salud de una guitarra que vayáis a comprar, nueva o de segunda mano, para determinar si el instrumento tiene alguna carencia o necesidad de atención especializada o para haceros los interesantes delante de vuestros coleguitas rockeros.
Vamos con el primer punto… Integridad general y estructural. Parece algo evidente, pero no os podéis imaginar lo importante que es este paso. Revisaremos el instrumento en busca de grietas y golpes, tanto en piezas metálicas como en cuerpo, mástil y pala. Haremos hincapié en la unión del mástil con el cuerpo y con el headstock, en el clavijero,selletas de puente, selector, jack de salida y potenciómetros. Se trata de identificar cualquier defecto estructural que se pueda identificar a simple vista.
Esto nos lleva directamente al segundo punto. El estado de los trastes. Buscaremos aplanamiento en la corona (parte superior del traste), dents o marcas de hendidura provocadas por las cuerdas y, si disponemos de un fret rocker, evaluaremos la nivelación de los trastes a lo largo del diapasón. Unos trastes mal nivelados o con desgaste irregular son el causante principal de buzzing, dead spots, acción excesivamente alta y dificultad a la hora de hacer bendings; además de la pérdida de sustain.
La curvatura del mástil. El tercer punto clave. Sobre este tema podéis ampliar un poco de conocimiento en el artículo “La curvatura del mástil. El gran secreto para un ajuste perfecto”. Deciros que es un punto esencial donde los haya en lo que se refiere a un buen ajuste del instrumento. La curvatura la mediremos siempre con las cuerdas puestas y en tensión. Es decir, con el instrumento afinado. El mástil ha de tener siempre una curvatura que proporcione espacio para que las cuerdas vibren libremente y por tanto podamos obtener un sonido limpio y con sustain. Aclarar que cuando hablamos de curvatura nos referimos a concavidad del diapasón respecto a las cuerdas. Y en referencia a esto la regla general es que una excesiva convexidad (barriga hacia arriba) nos puede dar problemas de buzzing en la zona media-alta del diapasón, y mucha concavidad probablemente dará como resultado una acción demasiado alta, así como buzzing en los primeros y últimos trastes.
Cuarto punto. Éste es crucial (igual que los tres anteriores). Si tu guitarra quieres disfrutar, la cejuela convenientemente has de revisar. Tanto si tu guitarra es nueva como si tiene cincuenta años, la cejuela puede ser tu amiga o tu peor pesadilla. No nos vamos a parar ahora en el material del que está hecha una buena cejuela, aunque es un factor más que importante. Revisaremos en busca de roturas, cuerdas demasiado bajas o demasiado altas y/o muy “enterradas” en la cejuela. Nos fijaremos en la anchura de los canales por los que se deslizan y reposan las cuerdas. Esta anchura ha de ser correspondiente al calibre de cada cuerda, ni más ni menos. Hago especial hincapié en esto último porque no os podéis imaginar la cantidad de cejuelas que han pasado por mis manos en las que los canales carecían completamente de calibración. Es decir, que habían sido hechos con una lima de igual espesor.
Y nos vamos para concluir con el quinto punto clave que debes revisar. El correcto funcionamiento de la parte electrónica del instrumento. Esto incluye cosas tan importantes como… que la guitarra suene. Así que nos centraremos en si hay señal de salida, si existen ruidos que no se puedan considerar como normales, si los controles de selección, volumen, tono… hacen su función correctamente y sin cortes y si el condensador de fluzo vuelve a la fecha y hora iniciales una vez terminado el viaje. Es importante identificar problemas que puedan estar causados por un grounding deficiente o inexistente, así como otros derivados de componentes activos en caso de que el instrumento los tenga implementados. En este último caso siempre revisaremos el estado de la/las pilas que se encarguen de alimentar el circuito.
Y bien, si habéis seguido estos puntos tan sencillos probablemente estaréis mucho más cerca de la iluminación, y lo que es más importante, tendréis el poder de hacer un diagnóstico rápido y conciso del estado de salud de un instrumento que caiga en vuestras manos. Mucha suerte en vuestro viaje!